No hay en
toda la Palabra de Dios, un retrato más vívido de la mujer insensata que en
Proverbios 7. Quiero empezar hoy leyendo los primeros cinco versículos y,
luego, en los próximos días, iremos viendo versículo por versículo toda esta
descripción de la mujer insensata. Veremos si hay algo en este pasaje que
necesitamos que Dios revele en nuestras vidas.
El contexto
de este pasaje es el de un padre enseñándole a su hijo, advirtiéndole acerca de
las mujeres insensatas. Por lo tanto, nosotras como mujeres, debemos ponderar
esta descripción para ver si somos el tipo de mujer acerca de la cual este
padre advierte a su hijo.
En los
versículos 1-2 el padre dice:
“Hijo mío,
guarda mis palabras, y atesora mis mandamientos contigo. Guarda mis
mandamientos y vivirás, y mi enseñanza como la niña de tus ojos.” Toma nota de
esa palabra, vivirás, porque cuando lleguemos al final del capítulo
veremos que una mujer insensata lleva al hombre a la muerte. El final de su
sendero es la muerte. En el último versículo, el versículo 27 de este capítulo,
verás que el punto final de la insensatez es la muerte.
Pero su
padre le está diciendo que si escucha sus palabras, si atesora sus mandamientos
y busca a una mujer sabia y evita a la insensata, el resultado es vida. Eso nos
dice que, nosotras como mujeres, somos dadoras de vida. Si somos sabias,
podemos darle vida a los hombres de nuestro entorno, y veremos que de lo
contrario, si somos mujeres insensatas, provocaremos su muerte.
Así que el
padre le dice, en los versículos 2-3:
“Guarda mis
mandamientos y vivirás, y mi enseñanza como la niña de tus ojos. Átalos a tus
dedos, escríbelos en la tabla de tu corazón.” Él le está
diciendo, “No te olvides. ¡Son cosas tan importantes! Coloca recordatorios por
todos lados de la casa para que estés advertido y no caigas en la
insensatez”.
“Di a la
sabiduría: Tú eres mi hermana, y llama a la inteligencia tu mejor amiga”
(v.4). “Busca
sabiduría”. Le está diciendo, “Busca entendimiento. Acércate a este,
familiarízate con esto”, y ¿qué pasará? Dice a su hijo que si se acerca a la
sabiduría, camina con gente sabia y se mantiene cerca de ellos, ¿qué pasará?
Versículo 5,
“Para que te
guarden de la mujer extraña, de la desconocida que lisonjea con sus palabras.” La mujer
extraña. Quizás tu traducción diga la palabra adúltera. En otras traducciones dice
la “mujer ligera”. Ahí la palabra extraña quiere decir literalmente
“apártate”. Es una mujer caprichosa. Ella se ha desviado y es el epítome de la
mujer necia.
En el Cantar
de los Cantares de Salomón 8:9, encontramos el perfil de dos tipos de mujeres. Hay
una imagen allí. Dice que algunas mujeres son como paredes y otras como
puertas. Piensa en las mujeres que conoces, por cierto, es importante que las
sepas identificar, aun en tus hijas jóvenes, ya que las mujeres tenemos
una inclinación natural hacia una dirección u otra, de ser una pared o una
puerta.
Cuando
piensas en una pared, piensas en algo que es firme y que no cede. Puedo caminar
hacia una pared y empujarla, pero la pared no va a ir para ningún lado. No se
va a mover. Está fija. Está establecida. Y en el Cantar de los Cantares vemos
que algunas mujeres son como una pared. Cuando hombres insensatos, simples,
imprudentes e impíos vienen hacia ellas, esas mujeres se aferran a sus
convicciones y no hay quien las mueva. No van a ser movidas por insinuaciones
atrevidas o por conductas inapropiadas por parte de los hombres. Son
firmes. No ceden en sus convicciones porque sus vidas están arraigadas en los
caminos de Dios.
Ahora,
cuando piensas en una puerta—como las que tenemos en esta habitación— puedes
caminar hacia ellas y abrirlas. Puedes empujarlas. Puedes moverlas hacia
adelante y hacia atrás. No se va a quedar en una sola posición. Ese es el
retrato de una muchacha, de una mujer que se rinde fácilmente a la conducta
impía e inapropiada de los hombres. Ella cede. Su vida no está construida sobre
convicciones.
¿Ves la
diferencia entre la mujer sabia—que es como una pared—y la mujer insensata que
es como una puerta? Estén alertas al comportamiento de sus hijas. Enséñenle a
sus hijos a diferenciar las mujeres que son como una pared y las que son como
una puerta. La mujer extraña es como una puerta. Ella es una mujer “ligera” que
se desvía. No se queda en el estrecho y angosto camino de la santidad.
Nancy
Este es un fragmento tomado de la serie "Convirtiéndote en una mujer discreta" del programa Aviva nuestros corazones con Nancy DeMoss Wolgemuth. Aviva nuestros corazones es un ministerio de alcance de Life Action Ministries. Si quieres escuchar el programa o leer la transcripción completa, visita avivanuestroscorazones.com