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jueves, 29 de septiembre de 2016

Dos medios que Dios ha establecido para cumplir el gran mandamiento




Grábate en el corazón estas palabras que hoy te mando.  Incúlcaselas continuamente a tus hijos. Háblales de ellas cuando estés en tu casa y cuando vayas por el camino, cuando te acuestes y cuando te levantes. 
Deuteronomio 6:6,7


Hola mujer, esta semana he estado hablándote acerca de lo que espera Dios del ser humano, tanto de los hombres como de nosotras las mujeres, Dios espera que le amemos y demostremos ese amor con obediencia a su Palabra, hoy quiero hablarte acerca de los medios que Dios ha establecido para que podamos cumplir con este gran  mandamiento los cuales son dos:


1.       La meditación de la Palabra de Dios.  Grábate en el corazón estas palabras que hoy te mando. (V.6) Es decir que Dios espera que nuestra actitud hacia  su Palabra sea el de verla como un tesoro al que se le tiene gran estima,  y que esto nos lleve a meditar en ella y no tratarla de manera superficial, esto en realidad es una expectativa no tan fácil de cumplir, pues indica un verdadero compromiso de parte nuestra, y la voluntad para cumplirlo, ya que no basta con solo leer de vez en cuando la Biblia o incluso hacer tu devocional diariamente usando materiales hechos por otros, sino que implica estudiar el texto y sacar las aplicaciones  a nuestra vida con la ayuda del Espíritu Santo, aplicaciones que deben llevar a un cambio continuo en nuestras vidas; también se refiere a la importancia que debemos dar a la memorización de la Palabra. ¿Por qué será tan importante memorizar textos bíblicos? Una razón es para tener presente tanto en nuestra mente como en nuestro corazón los mandamientos, preceptos y estatutos de Dios. Pero también es importante la memorización de textos porque nos ayuda a recordar promesas de Dios en momentos en que no tenemos la Biblia a la mano.


2.      La educación religiosa de los hijos. Incúlcaselas continuamente a tus hijos. Háblales de ellas cuando estés en tu casa y cuando vayas por el camino, cuando te acuestes y cuando te levantes. (v.7) Inculcar es decir enseñar,  Dios se dirige directamente a los padres y deposita en ellos la responsabilidad de transmitir ese amor y respeto a Dios y su Palabra, los padres deben enseñar continuamente  a sus hijos  repitiendo lo que les fue enseñados por sus padres, ya que con la repetición crece el conocimiento, la idea es que los padres deben ser los primeros y más grandes responsables de inculcar el amor y obediencia a Dios en los hijos, por lo cual deben aprovechar toda oportunidad para hacerlo, y no dejar esta tarea encajonada a solo ciertos momentos como podría ser un culto familiar, o las reuniones de la iglesia, la enseñanza continua requiere que los padres cristianos sean los responsables directos de proveer de todas las oportunidades que pueden darse en el diario vivir. Esto es contrario a lo que el mundo le dice a los padres: 


“Es mejor esperar a que los niños tengan la edad suficiente para que ellos decidan que creer.”
“La educación religiosa es exclusiva para la iglesia”
“Los niños son muy pequeños para entender la Biblia”
“A los niños deben enseñarles personas que estén capacitadas para ello”
“El imponer una religión “x” a los niños es violentar sus derechos”
¿Has escuchado tú frases como estas? Algunas de ellas parecen tener sentido, pero son contraria a la expectativa de Dios.


Pienso que la razón por la que cada vez hay más jóvenes que a pesar de tener padres cristianos, viven alejados de Dios; es porque cada vez los padres cristianos están dejando que este tipo de ideologías que son contrarias a lo que nos dice la Biblia influencien su forma de criar a sus hijos. 


Toda persona que ha abrazado el evangelio tiene la responsabilidad de hacer discípulos (mateo 28: 19,20) y los primeros discípulos de los padres cristianos son sus hijos. “Desde tu niñez conoces las Sagradas Escrituras, que pueden darte la sabiduría necesaria para la salvación mediante la fe en Cristo” 2Timoteo 3:15. Los padres deben hablar de  manera clara y sencilla de las enseñanzas de salvación, y debe ser desde muy temprana edad.





El evangelio es vivencial, así que no basta con dar un discurso o un sermón apropiado a tus hijos, sino que es el modelar para ellos lo que significa amar a Dios y obedecerle. No podemos esperar que los niños se conviertan en hombres y mujeres que amen a Dios y cumplan sus mandamientos si ellos no han visto esto en sus padres, si tú hablas de amar y obedecer a Dios pero frente a ellos tienes una conducta que va en contra de lo que la Biblia dice que Dios espera de ti, lo único que lograrás es endurecer su corazón hacia Dios, pues es con nuestras acciones y actitudes que demostramos cuanto nos importa realmente nuestra relación con Dios y no con lo que decimos. No puedes esperar que tus hijos sean lectores ávidos de la Palabra de Dios si no te han visto a ti leerla con deseo, no puedes esperar que ellos oren por sí tú no modelas una vida de oración para ellos. Doy gracias a Dios porque tengo padres que han modelado una vida de entrega genuina a Dios, que me han enseñado a amarle a él y respetar su Palabra, que me han enseñado el significado de la obediencia a Dios, la cual es debida no a que sea la hija de Eliseo e Inesita, sino a que soy hija de dios, y es por amor él que debo obedecerle.


Matthew Henry dice “Cuanto más nos familiaricemos con las santas escrituras, más las amaremos, las admiraremos, nos alimentaremos de ellas y estaremos deseosos de comunicárselas a otros, comenzando por nuestros familiares”. 

Que Dios nos ayude a amar su Palabra y obedecerla, que Dios nos ayude a transmitir ese amor a nuestros hijos y familiares



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