“El que práctica el pecado es del diablo, porque el
diablo ha estado pecando desde el principio. El Hijo de Dios fue enviado
precisamente para destruir las obras del diablo”
1Juan 3:8
Lectura: 1Juan 2:28-3:10
Querida amiga, no nos engañemos, todo el
que quebranta la ley de Dios, pertenece al diablo, porque el diablo es un infractor
continuo de la ley de Dios, lo ha hecho desde el principio.
Cristo el hijo de Dios fue enviado para
destruir las obras del diablo, las cuales son todas aquellas acciones que van
en contra de lo que Dios ha establecido en su Palabra.
Al estudiar este pasaje tres cosas
llamaron mi atención:
a) Nuestras acciones indican de donde procedemos y quien es nuestro padre, los hijos de Dios actúan como lo haría Dios, los hijos del diablo actúan como lo haría su padre el diablo
Ustedes son de su padre, el diablo, cuyos deseos quieren cumplir. Desde el principio este ha sido un asesino, y no se mantiene en la verdad, porque no hay verdad en él. Cuando miente, expresa su propia naturaleza, porque es un mentiroso. ¡Es el padre de la mentira! Juan 8.44
… “El que introdujo el pecado en el mundo al hacer caer a nuestros primeros padres” Matthew Henry
b) La actividad del diablo es continua, ¡No descansa haciendo el mal! Él está a la cabeza de las huestes espirituales de maldad
Porque nuestra lucha no es contra seres humanos, sino contra poderes, contra autoridades, contra potestades que dominan este mundo de tinieblas, contra fuerzas espirituales malignas en las regiones celestiales. Efesios 6:12
El diablo expresa su naturaleza al mentir, su naturaleza es pecaminosa, por eso miente, es la razón de que no salga nada bueno de él.
C) El diablo está pecando desde su rebelión contra Dios, en ese momento comenzó a ser diablo.
Por otro lado observamos la obra de Cristo que fue destruir o disolver la obra del diablo. Dice John Stott: “La destrucción fue una desatadura, como si esas diabólicas obras fuesen grilletes que nos encadenasen. Por supuesto, sabemos por experiencia que no están “destruidas” en un sentido absoluto”
Sabemos que nuestra vieja naturaleza fue crucificada con él para que nuestro cuerpo pecaminoso perdiera su poder, de modo que ya no siguiéramos siendo esclavos del pecado Romanos 6:6
y ahora lo ha revelado con la venida de nuestro Salvador Cristo Jesús, quien destruyó la muerte y sacó a la luz la vida incorruptible mediante el evangelio. 2Timoteo 1:10
Por tanto, ya que ellos son de carne y hueso, él también compartió esa naturaleza humana para anular, mediante la muerte, al que tiene el dominio de la muerte —es decir, al diablo Hebreos 2:14
¿Qué
implica esto para nuestras vidas?
Querida
amiga, el diablo es un ser
derrotado, el todavía sigue
ocupado en hacer sus malvadas obras, pero ya fue derrotado por nuestro Señor
Jesucristo, y él lo sabe; sabe que para él y sus huestes de maldad ya no hay
ninguna oportunidad pero quiere arrastrarnos con él a su destino, en nosotras
está el decidir a qué padre vamos a seguir, a uno derrotado, sin esperanza y
sin futuro glorioso cuyo estandarte es la mentira o a otro que es todopoderoso,
libertador y dador de vida.
Nosotras
no podemos llevar vidas en las que decimos que nuestro Padre Todopoderoso nos ha
librado del pecado, pero en la práctica seguir esclavizadas por el padre de la
mentira. Debemos ser consecuentes con lo que creemos o decimos creer.
Cristo nos ha liberado, nos ha dado luz, nos ha dado vida eterna, apropiémonos de esa verdad ¡vivamos de acuerdo a la ley de Cristo! ¡Amemos a Dios! ¡Amemos a nuestro projimo!
Becky
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